En sesiones psicoterapéuticas y de coaching individual, me he dedicado a acompañar procesos de duelo de pacientes y clientes. Los duelos pueden provenir de muchas tipos de perdidas y/o, separaciones, la perdida del trabajo o la partida de un ser querido. Es un proceso psicológico que envuelve un batido de emociones como el dolor, la rabia, la tristeza, el amor y sentimientos como la nostalgia, el desconsuelo, la vulnerabilidad, el abandono, la soledad, la reconciliación, etc. El duelo es pues, uno de los procesos mas complejos que experimenta la persona desde la edad mas temprana, hasta sus últimos días.
Cuando recién me licencié como psicóloga, tuve la enorme suerte de ser seleccionada para llevar a cabo varios talleres de formación, dirigidos al fortalecimiento de la cultura de servicio, en una importante empresa venezolana que contaba con un gran número de oficinas. Viaje por todo el país sola y llevando a cabo un programa para ser ejecutado en dos días en cada oficina a la que iba. Novata y confiada en mi programación, me encontré un día en medio de 12 maravillosas personas que recién habían perdido a su jefe, líder y mentor. Solicitaron directamente apoyo para superar el momento de incredulidad en el que se encontraban, juntos. Respiré profundo, solté mis guías para acompañarles y nos adentramos en la experiencia personal, y como equipo, que les encaminaría al duelo saludable. Entonces no lo supe, pero aquel fue un momento crucial en mi definición como profesional de la psicología.
EL DUELO
En la literatura psicológica, de salud mental y bienestar se puede encontrar una variada y abundante información relacionada con las etapas o fases psicológicas, anímicas y de comportamientos tipo del duelo, propuesto por la psiquiatra Elisabeth Kübler Ross(1926-2004), quien se dedico al estudio de los moribundos y la muerte.
El proceso ocurre como una curva que las personas dibujan con una línea a veces continua y otras veces no. El tiempo y la secuencia puede variar en cada fase, dependerá de múltiples factores, dentro de los cuales se encuentran la educación académica, la cultural, la religiosa, la definición de sí mismo, etc. De las perdidas cada uno tienen una experiencia directa, o el de un amigo o vecino, o como mucho ha visto una película que ha movilizado su psique hacia este proceso arquetípico.
Para superar el proceso de duelo ha sido descrito grosso modo que ocurre en las siguientes fases:
Negación: Suele ocurrir cuando la perdida ha sido repentina e inesperada. Tal y como nos lo muestra Will, personaje de la película "Como la vida misma". La negación no dejar de ser un mecanismo que protege del dolor. La incredulidad evita la aceptación de lo evidente.
Ira: Puede dirigirse a sí mismo, por lo no hecho antes de que ocurriera la perdida del ser querido, o bien dirigirse hacia la persona que ha partido. Esta ira suele tener fuertes conexiones con culpa y con la necesidad de adjudicar a alguien o algo las causas de la perdida, tal y como nos lo muestra el joven Assane Diop, de la serie Lupin, cuando muere su padre.
Dolor Emocional / Depresión: Sentimientos de tristeza y el dolor emergen con protagonismo, llegando a convertirse en estados de ánimo que permanecen por un periodo y de manera silenciosa en la persona que ha sufrido la perdida.
Negociación: Se comienza a "seguir adelante" y ser consciente de los diferentes pros y contras de la perdida. El dolor, la nostalgia y el recuerdo impulsan los argumentarios sobre los pros y contras de la pérdida. La historia de familia Pearson, en This is us, justamente se centra en mostrar al espectador cómo cada uno de los personajes logran procesar cada una de estas fase, en particular la negociación, una vez muere el patriarca Jack.
Aceptación: Cierre del proceso de duelo. Ocurren las re-interpretaciones y re-significación de la propia vida y del entorno cotidiano, la perdida en sí misma ya no ocupa un espacio propio.
Como proceso psicológico, cada fase se va definiendo día a día y cada persona le imprime su propios contenidos personales y culturales. Quienes nos dedicamos a acompañar duelos podemos contar con esta guía, sin embargo sabemos que el movimiento de la curva es sinuoso y en ocasiones se divide en varias lineas que se dibujan paralelamente. Tenemos sobre todo que escuchar la experiencia personal de la perdida, escuchar lo relativo a la reconstrucción de la identidad de la persona que transita el duelo y explorar las opciones de futuro para la persona en su nueva realidad.
EL REGALO DE LA MUERTE
En el proceso de escuchar y acompañar esta experiencia vital del duelo, hemos podido comprobar que hay múltiples experiencias vitales que ocasionan el dolor de la separación. Desde el propio nacimiento, la perdida del juguete favorito, la mudanza temprana, la separación madre hijo en el destete, o la separación de amigos al cambiar de colegio, la primera ruptura amorosa, el paso de la adolescencia a la adultez, hasta la mas trascendental de las separaciones: la muerte de un ser cercano y querido.
El siglo recién pasado, en su frenético camino hacia el máximo desarrollo tecnológico, mejoramiento de la calidad de vida e industrialización ha colocado todas las miradas de espaldas a la muerte. Se ha desarrollado así una infantil ingenuidad sobre el proceso de la vida y la muerte. Por su parte, la sonada pre era de acuario y la masificación de la psicología positiva, en manos de los gurús de las redes sociales, han potenciado la visión infantil que inspira taparse los ojos cuando de la perdida y la muerte se trata..
Es a partir del hecho mismo de transitar el proceso de duelo que cobra importancia la re-significación de la propia existencia. La danza emocional del duelo trae consigo el regalo de la vida. Empuja inmediatamente a la persona que se queda hacia la evaluación de su propia existencia o como mínimo se evidencian los atascos psicológicos con los que afrontado la relación consigo mismo y con los demás, generando un cambio como mínimo temporal y personal acerca de su propia vida.
La muerte del ser querido invoca la introspección y sin darse cuenta se produce un regalo de vida para que las personas puedan trascender sus propios atascos psicológicos, transitando la compulsión de pensamientos y emociones como los siguientes:
La atención (en tiempo y calidad) que se ha prestado al ser que ha fallecido
La inquietud y culpa por no haberse despedido
El peso o no de haber tenido que afrontar los tramites del funeral
La evaluación de haber cumplido o no promesas hechas mutuamente
Luego de una vida juntos, ahora qué
la culpa
El abandono del autociodado
La sensación de incompletitud
La necesidad de continuar y de cambiar al mismo tiempo
La evidencia de que también morirá
El regalo que ofrece el ser querido que fallece es el de la reflexión de vida para quienes se quedan, la superación de viejos atascos psicológicos y la posibilidad de re-enfocar la auto-realizacion, si lo quieren tomar.
En la entrevista que hiciera la periodista Diana Carbajal para su canal youtube Retorno al Equilibrio, en su sección la No Entrevista conversamos sobre Muerte, Duelo, Trascendencia , puedes ampliar tu visión del duelo https://www.youtube.com/watch?v=Xg_dGSh7lW4
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