Nacer, crecer y formarme en un fascinante país, como es Venezuela, ha marcado mi personalidad: soy positiva, alegre y emprendedora. Una mujer con la risa a flor de piel. 

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Con ancestros Indios, españoles, indigenas y negros me defino como una persona multiétnica. 

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Paisajes como los de Trinidad y Tobago, España, Australia e Italia  contribuyeron con la formación de mi ser actual: ecuanimidad,  aceptación de la diversidad, adaptabilidad y apertura al aprendizaje permanente se reflejan en mi estilo personal y desempeño profesional.

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De mis padres aprendí valores que me han acompañado toda la vida: el compromiso con la familia, la responsabilidad con el trabajo, el deseo de superación como profesional y la fuerza del amor. Un amor particular, que ha fortalecido los propósitos de mi existencia: el desarrollo personal y la evolución de la conciencia.

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Los estudios, los trabajos y las prácticas. Los amigos y las amigas; los conciertos, las salidas, la alegría, el despertar como mujer, el enamoramiento, las emociones cruzadas, las lágrimas, las búsquedas y tantas decisiones, el aceptar los retos cuando se presentan han forjado mi carácter.

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Anduve amores y amoríos.   Renuncias, apegos, duelos, perderme en el otro y volverme a encontrar.  Anduve pesadillas del pasado, contextos tóxicos, la mentira deliberada mirándome a los ojos y la decepción.   Anduve sueños de futuro, el embarazo, el nacimiento, ver crecer a mi hijo, acompañarle, amarle, y  sobre todo enamorame.  Tantos caminos y lugares me han permitido reconocerme tanto en lo íntimo e individual como en lo colectivo.

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Hoy, con fortaleza, templanza y humildad, comprendo y asumo plenamente la misión que elegí:  Acompañar procesos de cambios y aprendizaje a nivel individual y grupal.